domingo, 26 de diciembre de 2010

Coincidencias ("Ellos")

El, agarra el celular, duda, le roba un sorbo a la copa de su mano izquierda, desea felicidades a los que le rodean. Intenta sonreír. Logra fingirlo.
Ella, busca su teléfono con la mirada, lo ve detrás de una botella, entre una tapita plástica y restos de pan dulce. No sonríe
El, convirtió su sorbo en un fondo blanco, el destino es el balcón mas cercano, a visionar los cielos con ruidos de colores, a seguir dudando. No sonríe.
Ella, enfila escaleras arriba, en la terraza, su destino. Y el celular en el bolsillo, una potencial arma. No sonríe.
El, intenta llamar a alguien y es imposible debido a la congestión telefónica típica en esta fecha. No sonríe.
Ella, mira el cielo y la pantalla de su móvil, con una interferencia de segundos entre uno y otro. Empieza a escribir un mensaje. Entorna el gesto, los labios le hacen un tobogán hacia su izquierda.
El, melancoliza su futuro, vislumbra fechas complicadas, le hace preguntas obvias al destino. Empieza a escribir un mensaje. Entorna el gesto y mas de una promesa interna.
Ella, dudo 3 navidades y 7 años nuevos en apretar "Enviar".
El, tiene el botón "Enviar" colgado de la cornisa, amenazando el suicidio.
Ella, lo envía.
El, lo envía.

Ella, recibe un mensaje.
El, recibe un mensaje.
Ella, lee sin leer, sonríe, dudando sobre tiempos y velocidades de respuesta. Vuelve a leer.
El, incrédulo, no quiere evaluar la posibilidad de una casualidad estruendosa. Vuelve a leer.
Ella, sonríe.
El, responde otro mensaje haciéndose el gil.
Ella, sonríe. Menea la cabeza en símbolo de no poderla creer. Maldice sin maldecir.
El, sienta su cuerpo sobre un sillón blanco, llega al debate de las casualidades, discute con un yo interno.
Ella, sonríe y se muerde el labio inferior.
El, cae en la conclusión: fue el único camino posible de comunicación exitosa en esa hora, después de las 12. Y al enviar, recibió. Confronta el cielo, aun ruidoso, deseando que la casualidad sea explicita.
Ella, escribe una respuesta confirmante, y mientras menea su cabeza, otra vez.
El, sonríe.
Ella, quiere enviar el mensaje, argumentando sobre la enormidad misteriosa del destino y el poder del amor en las lineas de Personal Argentina.
El, sonríe.
Ella, no puede enviarlo por problemas técnicos, intenta 3 veces y logra salir.
El, sonríe.
Ella, sonríe.
El, recibe 3 mensajes en catarata diciendo lo mismo "lo que es el destino eh...?", y el mensaje también ruega por un buen fin de nochebuena, sobrio, al menos.
Ella, su teléfono se alborota de otros saludos, ella aun sonríe (hasta su vestido sonríe).
El, responde. La honestidad de un abrazo se ve necesaria, sin besos, ni una mirada, solo 2 brazos en la espalda. El mensaje tambien ruega por un fin de nochebuena, ebria, al menos.
Ella, recibe.
El, se muerde el labio inferior.
Ella, se muerde el labio inferior y recibe el abrazo. Le embriaga las pupilas.
El, odia con el amor mas grande de este universo.
Ella, odia con el ruego mas mentiroso de este universo.
El, "Te odio" lee...
Ella, fija su mirada en la nada.
El, sonríe.
Ella, aun la nada es parte de su mirada.
El, "Te odio", envía, a la 4ta potencia.
Ella, sonríe.
El, fija su mirada en la nada.

fijan su mirada en la nada, sonríen, odian, coinciden, sienten... aún... aún...

El...
y
Ella....

Ellos.

-Nosotros


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