viernes, 24 de octubre de 2014

"¿Por que nos caemos? ¿Por que tan serio?"


Hace meses, tal vez años, pero creo que mas marcadamente hace algunos meses. Me volví fan y sumamente adicto a las historias de villanos y héroes.
Pero especialmente de 2 exponentes claros de estos personajes opuestos en las historias míticas de los cómics de antaño. De Batman y del Guasón, o Joker, como originalmente suena mejor.

Siempre lo viví como gustos infantiles escondidos, como un dejo de mi nene chiquito interno que nunca deja de toquetear los cables de mis caprichos o momentos de ocio.
Hasta que un dia, no hace demasiado, realmente me cuestione que me lleva constantemente a abstraerme del mundo cuando veo, leo o escucho algo relacionado a estos personajes.

Batman es un niño que perdió a sus padres, un buen día un malechor decidió quitarle lo mas preciado de su vida, sus sostenes, su futuro y seguramente parte de su pasado. Quedando a merced de la educación de su mayor protector (y mayordomo) llamado Alfred. Quien le enseñó los valores justos de la justicia y la verdad. Dejando un poco de lado la cursileria de padres afectuosos y abrazos espontáneos, Bruce Wayne se crió en la oscuridad de la venganza y rodeado de sus miedos, un buen día, decidió convivir con ellos, aceptarlos. Otro buen día decidió vestirse como ello, como su mayor miedo, e inflingirlo en las personas que atentan contra los buenos valores del resto de la gente.

El Joker, en cambio, es una persona que era un ser humano como vos y como yo. Que solo quería hacer reir a la gente. Siendo un comediante de poca monta, haciendo lo que hoy llamamos "Stand Up", ganando unos pocos pesos por chistes pensados durante noches enteras y un trabajo rutinario en una fabrica de químicos para al menos solventar un poco la falta de dinero. Este personaje tenia una esposa, buena, querible, adorable y embarazada. Que sostenía a su esposo en las ganas de ser quien quería ser, un comediante.
Él, entonces, ante el inminente nacimiento de su hijo, decidió tocar banquina y hacer lo que nunca pensó. Que era pasarle el dato a un grupo de chorros sobre la poca seguridad en dicha fabrica de químicos que él mismo trabajaba.
Cometió un grave error a la hora de elegir sus compañeros y éstos lo obligaron a ir con ellos a hacer el atraco en cuestión. Y para proteger su identidad ante posibles cámaras o testigos, usar una mascara de color rojo.
La noche fatídica en cuestión, antes de dirigirse a la fabrica, nuestro personaje se entera por medio de al policía que su esposa y su hijo habían muerto en un confuso episodio, producto de un robo en algún punto de Gotham.
Perdido y acosado por los malechores, va cual zombie a realizar el robo. A lo que por supuesto, se ve interrumpido por Batman, que sin quererlo hace que el Joker, se convierta en el Joker, cayendo a un vertedero de sustancias químicas peligrosas. Entre estas sustancias y la mascara en cuestión, logran la deformidad en su cara que hoy todos conocemos.
Desde entonces vaga del loquero a la ciudad planeando cosas con tal de hacer mal, demostrándole a todo el mundo que todos podemos enloquecer de un momento al otro. Que ser racional puede ser la peor locura.

Dos personas. Dos personajes. Dos historias y una sola locura.

La perdida de gente amada, querida, en cualquier punto, puede hacerte llegar a la locura y a la oscuridad mas grande.

Uno decide si debe ponerse la máscara, demostrar que todo puede estar bien a fuerza de sudor y al llegar a casa, volver a la soledad que te cuestiona todo lo que realizaste desde que te levantaste hasta ese momento.
O también se puede enloquecer, hacer del sufrimiento un arte y revocar todo tipo de consuelo. Si al fin y al cabo todos terminaremos ahí, en la resignación.

Un buen día me di cuenta que no estoy tan lejos de ambas ideologías, el héroe que a favor de las buenas acciones (por mí, por otros) pone un ladrillo arriba del otro para construir, dentro del fuego que rodea esta manzana. Y otros días soy ese loco psicótico, que escribe y usa el humor y la sonrisa para volverse loco y evitar pensar, evitar hacer un duelo imposible, ese Mariano que prefiere estar loco que derrotado. Preferible estar loco que triste.

No es casualidad que Batman use una mascara y el Guasón solo la sonrisa. La sonrisa puede ser la peor de las mascaras.

Día a día lucho por ser un poco mas Batman, hasta que me doy cuenta que los miedos son parte de mi y me queda mejor la sonrisa.

Supongo que siempre seré un poco ambos.
Y supongo que por algo también me gusta Superman.

Superman es el ideal de ser humano, el super humano. El invencible, el solemne, protector, ojos claros, musculos por doquier y por dios, puede volar... ¿Que mas se le podría pedir a la vida?

Por eso es que con vos me sentía Superman.
Por eso es que una de cada tantas noches te vas a dormir con la "S" en el pecho. Por que sos y seras siempre mi Superchica.

Mientras tanto me quedo en ciudad Gótica, decidiendo si robo el banco o mejor salvo a los rehenes.
Te espero todos los días, ahí. Esperando a que aparezcas con el traje de Batichica, con tus heridas, con mis miedos, con tus miedos, y mis heridas. Pero ganas, los dos. Pase lo que pase. A sangre y sudor. Es hora de asumir que los super humanos no existen.

Y que los humanos nos caemos, cada tanto.

¿Por que nos caemos? Para poder aprender a levantarnos...


-Marian