lunes, 28 de marzo de 2016

Mi version de la tristeza:


"...En el corazón tenia la espina de una pasión, logre arrancármela un día... Y ya no siento el corazón..."
(A. Machado)

¿Y es el lamento de aquel que ya no sufre acaso el peor...?
En algún tiempo he estado orgulloso del dolor que he sufrido, y en algun punto aun lo sigo estando: Que maravilloso, soy un hombre que ha sabido amar y sufrir... eso me hace un ser humano vivo y sensible. Nada mejor que un hombre que ha sabido amar y lo lleva tatuado a fuego en la piel, llevando a cuestas ese dolor, el dolor del desamor, del desencuentro y también, por que no, del propio amor.
El tema es que algunos de esos dolores, ya no duelen mas. Y esa, es una segunda pena. Una segunda tristeza. Que es la mas vacía. Una es la pena por el amor muerto, el amor ausente, el amor negado, el incomprensible, y otra, muy distinta, es esta que se siente cuando no hay razón aparente por la cual sentirla.
Eso es lo triste, uno no es eterno, ni siquiera en el sufrimiento.
Machado olvido en su copla, aclarar algo importantisimo. Y esta bien que así lo haya omitido: Y es la necesidad de que esa espina vuelva a clavarse en donde estuvo alguna vez clavada. Aunque sea, tener una razón clara para estar triste. Tristemente, extrañar el dolor, extrañar aquella espina. Por eso es que la tristeza es algo vital, y también inevitable. Es algo vital que puede matar o hacerte mas grande. Se la puede vivir con rencor, con indiferencia, con odio y algunos ridículos, entre los que claramente me incluyo, la viven hasta con indignación ("Pero a vos te parece? dejarme A MI por ese papanatas??"). Pero no, viste. No es así, se la debe vivir con dignidad. Hay que dignificar la tristeza, hacerla fructificar, transformarla en algo que te ayude o que transforme a los demás:

Cuenta la leyenda, que aquel famoso escritor novelista, un día se encontró viviendo una situación digna de una creación suya.
Devastado por el abandono de un corazón, enroscado en tristezas y dolorido de tanto llanto, un buen día decidió hacer arte de dicha tristeza, y aquel día, aquella noche, empezó a escribir su novela magna, aquella que lo lanzó al umbral de la fama y la buena vida. Dicha novela relataba una historia similar a la suya vivida, y el final lo dibujo con el peor de sus deseos de alguna noche de sufrimiento por aquella mujer. El protagonista de su historia se suicidaba, recostado en la cama que compartía con su amada, y dejaba una hermosa y, a la vez, muy triste carta. Que eran los párrafos ideales para finalizar el libro. Aquel protagonista de esta historia levemente inventada, era la proyección de su propio sufrimiento. La novela fue famosa, y en el auge de ventas y de popularidad de la historia, se produjo un fenomeno social bastante extraño. En la comunidad se había multiplicado extensivamente la tasa de suicidios por razones del tipo amorosas. Inundaban las noticias policiales casos de hombres y mujeres que decidían quitarse la vida de formas solemnes, con tal de dejar de sufrir por un amor. Con tal de ser protagonista de una obra tan excepcional.
Un día nuestro escritor, ante el incremento de noticias de este estilo, y atribuyendole las culpas tacitas a su novela, salio a hablarle al publico y a dar el cierre perfecto a su obra en vida:

"-...No sean imbéciles: Yo he utilizado mi tristeza, mi sufrimiento, mis soledades que un amor quebrado me ha dejado, con el solo propósito de dignificar el sufrimiento que he sentido alguna vez. Aquel sufrimiento lo he convertido en una obra de arte. O al menos lo he intentado.
Mientras que ustedes, han leído una obra de arte para transformarla en sufrimiento..."
Escribir es tan solo un ejemplo. Hay formas aún mas básicas de hacer algo útil por tristezas. Empezando por lo mas simple, que es corregir errores cometidos en el pasado, darse cuenta, y no repetirlos en el futuro. Aprender a caminar mejor, cuidarse, no tropezar con mismas piedras dos veces. Que la razón que hoy te hace llorar, mañana vendrá a cobrarse venganza. El destino tiene la manía de darte la oportunidad de revivir errores pasados, y esta en uno pasarlos de la mejor manera y aprender algo de tanta lagrima descajetada. El pulir dicha tristeza, transformarla en algo mejor... Esto también es un goce, un goce amargo.
Hay goces amargos, como quien lee dicha obra y lee la carta del final con lagrimas, es un goce. Es un goce amargo.
Al menos yo, he aprendido muchas cosas:
Hay que ser digno en el sufrimiento. El pasado es irrenunciable, y hay que aprender a vivir con ello. Gracias a amores destrozados he aprendido algunas cosas, algunas destrezas. Aprendí a escribir algunos versos, cuentos, historias, a hacer magia, a saber utilizarla, a saber de memoria 3 o 4 chistes, a bailar, a saber que decir cuando uno esta enamorado, a saber que no hay que decir...
...De otra forma no lo hubiera aprendido.

Entonces, todo el móvil de la creación deviene de esto entonces? todos aprendendemos a ser lo que somos por conquistar el amor? Por ejemplo, sera cierta esa frase que dice, que el hombre todo lo que hace lo hace para conquistar una mujer? Que el movil principal que motiva a un ser humano a "ser mejor" es gracias al deseo de querer conquistar a alguien del sexo opuesto? ¿A alguien que nos de amor?

No lo se.

Lo único que yo si se, es MI verdad, MI móvil: Y le cambio cualquier placer, estimado, cualquier otro incentivo, por aunque sea medio amor. Y no hablo de medio amor por la falta misma de alguno. Sino que hablo sobre el goce y la intensidad del amor. El cual es superior a cualquier otro placer en este mundo. Es superior a cualquier otra cosa que me pueda llegar a pasar. Si por supuesto, me gusta cualquier otra cosa que me pase y que no son amorosas. Las hay, muchas cosas, es cierto. Y las disfruto como tal... Pero se la cambio. Se la cambio por la intensidad inigualable de conocer a alguien, de disfrutarlo, de internarse en los misterios de otra alma. Y sentirse querido, sentirse deseado. Y sentir que esa persona es la indicada, que uno esta en donde quiere estar. Tener que aguantarse las ganas de decirle lo perfecta que es aquella persona que usted ama, al resto del mundo.
No existe comparación alguna.

Y es mi versión de la tristeza.
Hay que darse el espacio para la tristeza, para después darse el espacio para ser feliz. Después de todo lo dicho, creo que mi forma de hacer fructificar mi tristeza, mi vacía tristeza, es escribir esto que ha leído. Espero transforme a quien lo haga, de esa forma mi tristeza al fin tendrá un poco mas de sentido.
Por supuesto, yo también espero mi espacio para ser feliz.



-Marian