miércoles, 18 de agosto de 2010

Mi versión sobre los finales...

Una coma es un respiro, un punto seguido es una pausa, 3 puntos suspensivos son misterio (casi una sonrisa cómplice), un punto y aparte es la oportunidad de escribir un parrafo nuevo...
Pero un punto final, es el objetivo de cualquier escritor, de cualquier maratonista. Es el orgasmo artistico al ver la obra plasmada y lista para el disfrute de uno o varios de los 5 sentidos.
El punto final es la estocada antes del sentenciado "Fin".

Es el que determina que ninguna letra mayuscula le precedera a su existencia. El punto final es la vedette de la historia. Es el que a veces te deja pensando sin ser suspensivo, es el que te deja con ganas de mas, es el que te hace llorar, es el que arroja la piedra y esconde la mano, es el que no te firma autografos ni da notas al cholulismo. Viene, hace su trabajo, y se acabo. Porque justamente: se acabo.

El problema (y la razón por la que sente el trasero a escribir) deviene en los casos donde no existe el final.

AHÍ es cuando estamos en problemas.

Casos en donde el punto final esta escrito, pero no sentenciado. Y los hacedores de dicha historia, saben que la narración si bien tuvo sus tintes dignos de ser leídos en el futuro, aun le falta el final histórico, para darle el peso significativo a una obra magna...

...Vamos amigos, cuando una trilogía te vomita una cuarta parte, algo anda mal (o algo anda demasiado bien), algo falta por decirse...
A renovar contratos, a peinar actores y a pintar escenografias nuevas. Que se viene otra vuelta.
Lamentablemente caeremos en la inevitabilidad de lo pisoteado, de lo manchado, de lo asqueado, posiblemente. Pero aun ese algo nos creara peso en la mochila, nos gritara desde la espalda que hay cosas que deben finalizarse.

...Y ese final parece cada vez mas lejano.

Otra característica odiosa sobre la falta de finales, es la imposibilidad de poder comenzar una historia nueva, sin dejar de tener los sentidos puestos en la real búsqueda de un final para la primera historia.

Claro que la vida me esta demostrando lo contrario, y estas comas a lo largo de este párrafo muestran los respiros, cuando recalco, que este es el momento, en el que mi texto se convierte, en un mensaje para alguien específico, y le doy tiempo, para que sonria, y asimile lo que dije.

Una señorita con aires de final pero disfrazada de puntos suspensivos. Que dejo en mi bandeja de entrada promesas vagas, cabos sueltos de una historia que se apura en dejarse librada, una vez mas, al azar...

El tiempo es el mejor autor para escribir finales...

...Pero no en mi cancha, campeona.

Este es mi campo, acá el tiempo me adorna las gambetas, pero no allana el terreno hasta el mero cansancio del "colorin colorado".

Este cuento lo empezó una autora que se dio a una fuga del tipo hollywoodense, dejandome esquirlas de besos a mansalva por todo el predio.

Y en una de todas estas noches, escribió un punto al final de la ultima oración en el final de esa hoja que albergaba nuestro cuento de hadas.

Y el tiempo. Aquel ya mencionado guionista de finales inevitables de olvidos y pantallas fundidas a negro. Hoy me reta a duelo:
A no darme el placer de convertirlo en un punto aparte.
A no darme el alma de vuelta convirtiendo ese punto en una coma...
Sino que arruga la hoja en blanco que le sigue, mira de costado, complice. Se moja los labios y le dibuja inmediatamente al lado, dos puntos mas, sobre la base del mismo renglón, a la misma altura y sin espacios.

Y guarda el lápiz, pero nunca la sonrisa...

...Bienvenida a la cuarta entrega de esta trilogía:
Se feliz.
Que algún día "Va a estar todo bien..."


-Mariano...

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