martes, 17 de agosto de 2010

...de pelotas perdidas y 90 minutos en tiempo cumplido...

...Minuto 88 y el gol visitante aplana el empate a 1 que sentenciaba este segundo tiempo de casi un mes de tiempo cumplido. 


En un 2 a 1 a favor del equipo visitante venido de tierras cordobesas.

El arbitro empieza a mirar el reloj, seduciendo al final de este encuentro.

El primer tiempo, de una duracion de mes y monedas, fue un terrible 1 a 0 abajo para este equipo campeón, en tierras locales irse al entretiempo con un gol abajo fue demasiado para la moral del equipo.
El entretiempo, fue tan determinante como lo fue el tiempo de partido, durando asi casi más de 3 meses, el equipo local volvio al campo de juego renovado, como si fuesen ellos los que ganaban el encuentro.
Y tanto en el futbol como en el amor, el mas seguro de si mismo es el que domina. En el primer instante de este segundo tiempo, en un error de la defensa y casi regalando un gol en su contra, el equipo visitante duerme su ventaja, dejandole el camino libre a los delanteros locales para arremeter el empate con los aires de campeon que esto contrae...
Claro que todo acaba de cambiar...
Algo que parecia un empate firmado y que se iria a un alargue de duraciones abismales, subitamente se convirtio en la peor pesadilla de las tierras locales.

Los grandes sabios del futbol, y por que no, los grandes sabios de partidos perdidos, saben que el 2 a 1 es el peor resultado a favor...

El equipo local acomoda la pelota en el punto central de la mitad de la cancha.
Esta todo perdido. La gente amaga el abandono del estadio en medio de abucheos.
El capitan mira al cielo, recuerda lo que tiene en juego, para luego mirar la punta de sus pies y saber que estaba por empezar un partido de 2 minutos y lo que le regale de adicional, el tercer arbitro...
La lluvia cesa y el cielo despejado le hace creer que no todo esta perdido.
La pelota vuelve al ruedo y el reloj continua su curso natural, hacia el futuro...

La pelota es rapidamente perdida por el equipo local, la escuadra cordobesa arremete por todos los flancos. El final parece inminente y cada segundo cae como la dureza de una ex novia irreconocible.
El defensor estrella, aun con la sangre en el ojo por saber en carne viva que el ultimo gol no fue convertido dentro de lo permitido en el reglamento:
Hay cosas que fuera de juego, por detras de la linea de este, tu ultimo hombre, no se pueden hacer. Cosas como decidir un futuro mirando para un solo lado, convertir un gol o comunicarselo al equipo local mientras ya la tribuna visitante lo festeja.

...Dicho defensor arremete, enloquecido. Amenazando de manera violenta y argumentando injusticias y verdades que no se han sacado a la luz.
Ante el asombro de todos, de alguna forma recupera la cordura y la pelota. Y abriendo la cancha entregando el poder a los que mas saben en eso de dar vuelta un partido, él decide caminar lo que haga falta caminar para recuperar el aire y el corazon que perdio en el ultimo gol en contra.

La pelota, ya en posesion local, se distribuye de manera ordenada hacia el campo contrario. Con una madurez inedita, con un orden impecable y con todas las de la ley.
Es oficial señores, esto es el empate o dejar la vida en el area contraria:

Hasta que la pelota por fin llega al habilidoso, al 10. A esos que aun sin saber de futbol ordenan el "-Vos dasela a él pibe!! Que él sabe que hacer...".
Pichón de crack, acercándose de manera calma, pero con una cintura impecable, los espectadores y suegras que ya pensaban en abandonar el estadio, ahora estan duros de tensión, con cuellos estirados y haciendo la mimica de los movimientos, dándole arte a la habilidad del 10 portador de guantes negros y del balon.

Nuestro 10 distribuye la pelota nunca despegandola de sus 2 metros cuadrados, volviendo siempre a él, el preciado tesoro esférico.
Se presume Diego Armando y empieza a pasar como conos a mediocampistas, almohadas, despertadores de 7 a.m., el sueño, suegras sonrientes, ahijados crecidos, el pasaje de siempre, el frío, vecinos, defensores desencajados. Y acariciando la medialuna del area, pasa entre un taxi y el 124 que solo le regalo un boleto con su estampa, rematando de media distancia en trayectoria directa al angulo...

Mientras el balon resuena en el eco de sonrisas sonrojadas y de volumen alto... De ases de corazones, de jacks de corazones... De preguntas no respondidas... Y de un ultimo te amo, respondido con una sonrisa...
El tiempo no pasa, y la pelota se sostiene en la mitad de camino entre la gloria y el estrepitoso final...

El arquero estira su mano cambiada, en perfecta sincronía con la trayectoria esferica, las uñas de sus dedos seran las unicas capaces de detener el ingreso a la red, para la ovacion directa a un alargue y tal vez penales... o para el tristisimo final del equipo local...

Como quien esboza un "Te amo" sonriente, el 10 del equipo local visiona el final de este segundo tiempo...






-Mariano

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