jueves, 3 de marzo de 2011

Para pensar...

Que la intención de no querer estar sin "Alguien" nada tiene que ver con querer estar con ese "Alguien". Que la razón principal que te mantiene al lado de "Alguien" sea que ese "Alguien" es incapaz de abandonarte, nada tiene que ver con la propia intención de no querer estar sin ese "Alguien". Que el miedo a la decepción sea mayor que el miedo a perder al amor de tu vida, nada tiene que ver con el amor de verdad, con tu "Alguien". Que un par de pupilas te recuerden 12 meses y un puñado de sensaciones, si tiene mucho que ver con un futuro que no divisas, que lo miras pero no lo observas. Que en esta historia de personajes impares solo seamos dos los que sabemos la totalidad, si tiene mucho que ver con una decisión implícita de ese "Alguien". Que si necesitas la mitad de un "Alguien" y la mitad de otro "Alguien", si tiene mucho que ver con la incongruencia de tus decisiones...

Estoy en la misma...
El espejo me regala una imagen consternada, complicada, insegura. De gusto salado y de rascadas de cabeza que demuestran impotencia. De soluciones en blisters de Buscapina, de futuros disfraces archivados en perchas que cuelgan dentro de mi placard y de arrojos en llantos de elementos contundentes hacia tu fantasma que se pasea en el borde de la cama, fantasma recién duchado, tu alma sin ropa interior.
Disfraces que use a lo largo de meses y meses que hoy se me tiran encima y me roban las almohadas. Discursos enteros de conquistas pasadas que ruegan por escrito y a mano alzada un espacio en este blog. Zapatos que recorrieron lugares que serias incapaz de imaginar y que hoy se esconden debajo de la ropa sucia por un mero miedo infantil, de no querer ir mas a esos lugares, de no querer recorrer mas esas calles en donde me señalaron con el dedo indice. La ropa sucia repta entre si misma, rogando un jabón en polvo que le den las ganas que a mi me faltan para arrancar de nuevo, para meterse en los cajones, para treparse por esta espalda que hoy lleva tatuada tu sonrisa a causa de algún vago y básico chiste mio. Mientras grito "Hola!" por que el inodoro me saluda y le vomito las soluciones en los blisters a los gritos pelados. Mientras las botellas arriba de una repisa me aplauden con cierto sarcasmo y me recuerdan algo de un cascaron.
El espejo me regala una imagen deforme. Tuerce el cuello y decide ignorarme mientras 2 o 3 mosquitos me acechan desde las paredes blancas como si fuesen aquellas, tu ultimas palabras, tus ultimas oraciones que deciden la nueva "lejanía" de este maniquí con boxers estruendosos. Y las comillas al principio y al final de la palabra Lejanía gritan por que sean recalcadas.
Y mientras yo le cuento la historia completa al inmóvil ventilador de techo, mis ganas de dormir le asumen con cierto desgano a la mesita de luz (que nada tiene de luz) que se acerca otra noche en la que peligra esa necesidad humana de dormir mas de 3 horas.
Y mientras el mes de Marzo me recuerda que "Si te gusta el durazno, aguántate la pelusa", el mes de Abril promete esta vez no dejarse ser robado por nadie...
Esta vez, de mala muerte, yo le doy llave a mi cascarón.
Apago la luz, y el corazón (ausente de todo este debate habitacional), admite lo inocultable: que te extraña, que te necesita, que no da más. "Y eso fue."

-pffff... que ingenuo sigo siendo...- se escucho entre la oscuridad de la habitación.

Tus ojos conocen a la perfección este idioma que intento desarmar, así como tu futuro sabe a la perfección que esta historia, aun, no se ha de terminar.



-Mariano

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