martes, 22 de mayo de 2007

carTa abierTa a laS sensacioneS de una moRocha que Volvio a sOnreir ( "Y viceversa...") :

Cobarde es la sensacion, y valiente al hacerse presente. El miedo paraliza, dicen. Ante lo que uno no sabe ni de que esta hecho, ni su forma, ni sus intenciones, ni de que palo cuentan el cuento. Las torpezas se vuelven cinicas a la hora de defenderse de lo desconocido, las sensaciones son variadas y en un degrade de colores intrigante. En cuanto ponen ante ti una pisca de realidad, huis despavorida debajo de la falda de tu soledad, escondida detras de las piernas de tu amor propio. En el placard quedan los restos de episodios fortuitos y con numeros en rojos escritos en las paredes. Caridades de intenciones bien intencionadas, pero mal paridas y pobremente dilucidadas. Y viceversa... Una rubia una vez me enseño una regla de 2 y muy simple: "El compromiso suele ser parecido al miedo". Comprometerse significa adentrarse en un terreno del cual no se sabe demasiado. Tan solo uno podria decir que "Vale la pena...", a diferencia del miedo en si, el cual suele cobrar peaje, aunque viajes solo o mal acompañado. Pero contradiciendo a la rubia y a su regla "de 2 y simple" erronea: El compromiso no suele ser parecido al miedo, el miedo termina convirtiendose en una consecuencia de la decision en si. El compromiso es lo mas noble y sincero de todo este embrollo y es aplaudible (de pie) el momento de tomarse la responsabilidad del compromiso. Y viceversa.... Pero el miedo gobierna, patea la puerta, se hace presente (antes y despues) y el compromiso deja el cuellito al aire esperando el hachazo, o la segunda, tercera o cuarta oportunidad. Y ahi entra en terreno propio la toma de decisiones. Esa actividad de cabello oscuro tan mal practicada en la historia de los seres humanos. Yo diria casi inhumana. Esa actividad de la cual ninguno nunca esta seguro de nada mas que de que no se sabe nada de lo que se esta decidiendo. No estoy diciendo nada nuevo, creo. Dicen los romanticos que "Vale la pena...": Pena, sufrimiento... Valerse, valor, valorar... El valor del sufrimiento. La importancia de valerse de lo que salga de ese sufrimiento. Hacer valer la afirmacion de que dicho sufrimiento puede convertirse en un logro importante en la historia propia de cada uno, una consecuencia de la cual uno nunca se arrepiente de haber vivido. Y viceversa... Y eso es lo que creo terminar siendo, ademas de mago, una vaga consecuencia, si produzco pena y lo valgo, o mejor dicho, si valgo la pena, la decision quedara sobre los ojos de ella, es decir los tuyos, y por el momento sobre los de nadie mas. Quedara la responsabilidad de calzarte el mambo del compromiso y el miedo al hombro. Despues mirarme a los ojos. Y del resto, asumo, te daras cuenta sola. Te ruego te avives sin un poema de mi autoria que te oriente. Y viceversa... Espero las consecuencias no se vuelvan consecuentes y ni poco pacientes. Sientan sin mentir y nazcan sin reprochar. Las sensaciones son volatiles, disfrutan sin comprometerse. Se comprometen sin darse cuenta. Y viceversa... Guiñale un ojo al pasado, que se fue con el rabo entre las patas. Sonreile y hablale con vocecita de 12 de la noche al futuro, seduciendolo. Al presente que te golpea la puerta cada mañana, limitemonos a agradecerle la sonrisa nuestra de cada dia. Y conmigo (con esta consecuencia y sus viceversas)... "Morocha con aires de princesa evolucionada"... Haceme sentir orgulloso de la persona a la cual beso con una extraña y adictiva comodidad. Y que valgo y vales la pena. Cuida la sonrisa. Cuida el cuore. O sino dejá, que yo me encargo de lo ultimo. Y viceversa...
Atte.
+mAro ("No tomes a la ligera el significado de la palabra viceversa...")

No hay comentarios.:

Publicar un comentario